Después de una noche de niñas en The Fabric era necesario volver a la vida con algo delicioso para comer, así que fui por ello... pero antes estuve un rato con mi amiga Yoan
(no, no. mi pelo no es rojo, es la luz que lo hace de ese color)
y después tenia que comer algo que me llenara en todos los sentidos, así que un restaurante español era la elección ideal.
El amor de mi vida... ¡el pacharan! ... si el pacharan fuera hombre, me caso con el sin pensarlo
luego de comer cual cerdito, una caminata no le hace daño a nadie y mas si el cielo se ve así (me emocione porque hace mucho que no veo el cielo y mucho menos el sol)